Nuestra historia, nuestras raíces

¿Quiénes somos?

El Centro de Derechos Humanos Fray Juan de Larios, es una organización civil fundada por el obispo Raúl Vera López en el año 2001, y se constituye legalmente en septiembre del 2004. Nace el Centro Fray Juan de Larios por la problemática migrante, durante sus primeros años atiende demandas de obreros, mineros, comunidad LGTB, pero pocos años después, se enfrenta con el drama de la desaparición forzada, y se aboca a ésta. Otros actores relevantes como “Casa Migrante” enfrentan y contribuyen ejemplarmente a lo primero y han sido ambos Centros aliados-compañeros en los tiempos más difíciles de la guerra. 

La labor del Centro Fray Juan de Larios se trenza, compromete y alimenta en las históricas luchas sociales de ésta violentada región del noroeste de nuestro país.  No es un proyecto aislado. Es y debe ser eco y continuidad en la búsqueda de la justicia.  Vital es su espíritu y síntesis con la historia; con la continua lucha por la vida. 

En el año 2009, tocaron a nuestra puertas y vida, familias de personas desaparecidas, el Centro comienza entonces el comprometido camino frente a la desaparición. La contribución en tal terreno no ha sido menor: aglutinaron; reunieron el dolor de las familias dispersas. Ello se tornó esperanza y solidaridad entre las víctimas. Unidad que soporta la ausencia del desaparecido. Pero no sólo eso: se ha buscado y construido propuesta legal y método. Se ha presionado a la construcción de leyes y mecanismos de búsqueda. El Centro y las familias se han vuelto expertas / expertos en el tortuoso camino de búsqueda.

Hoy su contribución, además de humanitaria, tiene una dimensión política nacional

Nuestras búsquedas y retos: 

Y si la vida es búsqueda de vida, ésta debe ser sin violencia. No obstante, la búsqueda de hombres y mujeres desaparecidas -por causas inherentes a un sistema que crea y se sirve de la violencia- ha sido el drama que ha acompañado el Centro; búsqueda pionera de justicia y contra la  impunidad…desde que el crimen es gobierno.

Sin agenda propia, su agenda ha sido el clamor de justicia de las víctimas de la violencia.

Sin negar su origen, pero sabedor de su responsabilidad social, el Centro debe hoy fortalecer su institucionalidad autónoma; debe estar más cerca de otras realidades, donde se reclama su acción. Y los campos son muchos: la violencia contra la tierra, la violencia contra la mujer; la labor de conciencia y educación; la denuncia y construcción de alternativas frente a la violencia y sus causas estructurales.

El terror de la violencia, el crimen organizado, su armamento, la desaparición forzada, el secuestro, la droga, la trata, etc, sirven al capital y son realidades administradas por el mismo capital.

La lucha, entonces, contra la desaparición forzada y la búsqueda, pueden estar previstas por el poder y pueden ser un “equilibrio necesario”; una esperanza compensatoria y necesaria, administrada por el mismo capital a través de su aparato político.

La lucha por los derechos humanos puede ser tan inofensiva y necesaria para mitigar y equilibrar (no real sino tan sólo esperanzadoramente) lo estragos del capital.  Promoverla puede ser necesario para el capital mismo.

Luchar por la justicia, en cambio, es construir modos y mundos diferentes, y no danzar al ritmo del capital.

Plan estratégico: 

Ejes estratégicos: 

  • Promover acciones defensa social e integral de los derechos humanos, a partir del fortalecimiento de procesos organizativos de familiares de desaparecidos y diversos procesos ciudadanos  que trasciendan la condición de victimización a sujetos de derecho y su propia historia.
  • Visibilizar las casusas estructurales de la violencia, en articulación con otros actores sociales que apuestan por la verdad, la justicia y luchan contra la impunidad.

Objetivos específicos: 

  1. Fortalecer la capacidad organizativa, de interlocución e incidencia de organizaciones de personas que han sido victimizadas y luchas por sus derechos.
  2. Incidir en la implementación de políticas públicas estatales y federales que respondan al derecho a la verdad, justicia, reparación y medidas de no repetición de acuerdo con estándares internacionales de Derechos Humanos.
  3. Posibilitar el acceso a la justicia de víctimas ante instancias nacionales, internacionales y mecanismos especiales contra la impunidad, incorporando el contexto histórico en las estrategias de defensa social integral
A %d blogueros les gusta esto: